La adaptabilidad es una de las habilidades más importantes que un desarrollador debe tener, y debido a ello una situación a la que todos nos tenemos que enfrentar es a la de hacer frente a una tecnología desconocida para nosotros, ya sea por iniciativa propia, porque sea lo utilizado en la empresa a la que acabamos de llegar, o porque uno de nuestros clientes nos haya pedido hacer algo con ella.
Sea cual sea el caso, nuestra primera reacción siempre es la misma, empezar a buscar en google información sobre la tecnología. Entramos a su página oficial para echar un vistazo a la documentación y a su guía de inicio rápido (O nos empezamos a cagar si vemos que no existe nada de esto). Ojeamos unos cuantos artículos sobre el asunto en el que nos vamos a meter, rezando para que no hablen muy mal sobre él. Y, cuando ya tenemos claro el berenjenal en el que nos vamos a meter, empezamos a buscar cursos, libros o tutoriales.
Pero claro, a veces la vida nos sonríe y toca aprender a usar el framework de moda, con tutoriales gratuitos y oficiales, miles de artículos, cursos, vídeos, e incluso libros. Y otras veces, nos toca enfrentarnos a cosas como Liferay.
No voy a entrar en si Liferay es una buena tecnología o no, porque es un tema que daría para otra entrada, y quiero dedicar esta entrada a relatar mi experiencia con la versión 7 de esta herramienta.
En mi caso venía de programar con Liferay 6, cuando se me pidió aprender su versión 7, también conocida como DXP. Inocente de mí, acepté sin rechistar, pensando que no habría mucha diferencia entre una versión y otra. Pero el canguelo no tardó en aparecer.
Y es que ya con las primeras búsquedas en google empecé a ver cosas raras. El libro “oficial” Liferay in Action se había quedado en la versión 6.2 y no existía ningún otro libro para la versión actual, la web oficial tenía una documentación inexistente y unas guías insuficientes, artículos e hilos en reddit quejándose de, por decirlo suave, un cambio a peor... Y OSGi, la palabra OSGi por todas partes.
Tras esta primera incursión ya tenía claro que Liferay 7 no era en absoluto una versión continuista, y que aprender a manejarlo y a programar cosas a medida iba a ser todo un desafío. Aún así no existe, a día de hoy, la tecnología que me haya hecho hincar la rodilla, así que me puse a buscar cursos y tutoriales.
Y así, después de enfrentarme a los pocos tutoriales existentes, tanto escritos como en vídeo, que no profundizaban en absoluto, llegué a la conclusión de que el aprendizaje, en esta ocasión, se iba a dar con un intercambio previo del vil metal. Lo siguiente fue meterme a las típicas webs de cursos online, con la vana esperanza de encontrar un curso de Liferay completo, con sus 5 estrellitas y su ristra de valoraciones positivas.
Como ya sabréis si habéis pasado por esto, lo que allí hay son un par de cursos que se centran en la instalación y gestión de una web con liferay. Algo que, aunque pueda estar explicado en profundidad (lo desconozco), no toca nada de programación. Así que, ¿qué alternativa tenemos?
La respuesta en realidad probablemente la hayamos encontrado al principio, tras bucear por la web de Liferay, y se llama Liferay University. Una colección de cursos que tocan todos los temas, hechos a medida para las versiones nuevas, y a un precio astronómico que hará que nos lo pensemos mucho.
Y es que cada curso vale en torno a los 1000€, y el pack en el que te dan acceso a todos está en torno a los 3000€. Aunque desde hace poco, si tienes una licencia de DXP, te dan el acceso gratis, así que en ese caso no hay ninguna duda de acudir a estos videos.
Pero el motivo de esta entrada es ayudar a los primeros a responder a las preguntas que me hice yo en su momento, ¿De verdad aprenderé lo suficiente como para sentirme cómodo con esta tecnología? ¿Merece la pena gastar ese dineral por el acceso a estos cursos?
A la primera pregunta, la respuesta es, sin lugar a dudas, que sí. Hay una variedad de cursos que cubren los distintos roles que podemos tener al trabajar con DXP. Hay un curso donde te explican lo más básico para trabajar con Liferay, y a partir de ahí tenemos el de gestión de contenidos, de devops, de front-end y la joya de la corona, el curso de back-end.
Cada curso ahonda bastante en el tema que trata, explicando primero la teoría y haciendo un vídeo práctico a continuación. Tras programar bastantes módulos creo que no hay nada que haya hecho y que no se toque en el curso aunque sea como un concepto más básico.
Los vídeos están en inglés, aunque para los que no anden finos de oído hay subtítulos, en inglés también. Por lo general los profesores se hacen amenos y saben explicar bien el tema a tratar, sobretodo Eddie Chow en los cursos de Back-end (Aunque mi compañero Carlos preferirá sin duda a Olaf Kock y sus cursos de DevOps) Y si te aventuras a hacer todos los cursos, tienes vídeos para un par de semanas a tiempo completo.
Y llega la pregunta clave, ¿merece la pena gastarse el dinero que cuestan? En mi opinión, si te estás planteando comprar sólo uno de los cursos, me parece que tienen un precio demasiado alto (El de fundamentos básicos por ejemplo cuesta 1200 euros, totalmente desorbitado). Pero si te planteas coger el acceso a todos los cursos, y tienes la certeza de que vas a trabajar con DXP, desde luego va a ser la forma menos traumática de aprender a desarrollar para él.
Sin duda es un precio pensado para el ámbito profesional, pero Liferay es también una herramienta que se ha ido orientando cada vez más a las grandes empresas, así que dudo que alguien vaya a ponerse a tocar Liferay para un proyecto personal e intimista en su tiempo libre.
Por último, una vez que hayas hecho los cursos y tengas los conceptos claros, los foros de Liferay serán un sitio donde encontrarás bastante ayuda, tanto de temas pasados como si decides preguntar tú mismo. Además, si tienes licencia, la base de conocimiento de la web se amplía bastante. Así que estos dos recursos te ayudarán a la mejora continua con la tecnología.
En conclusión, si te ha tocado el tortuoso camino de aprender a desarrollar para Liferay 7, Liferay University es la opción a seguir si aprecias tu salud mental. ¡Suerte!
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