Aquí estoy, creando un blog 15 años después de que empezasen a oler a naftalina. Empezamos década nueva y ya puedo garantizar que en esta tampoco me convertiré en un influencer. ¿Qué se me habrá pasado por la cabeza para hacer esto?
Pues muchas cosas, demasiadas, sin orden ni relación entre ellas, un caos absoluto de ideas y pensamientos que se acumulan en mi cabeza y que acaban bloqueándome. La mejor forma de librarme de toda esa basura ha sido reciclarla y convertirla a formato electrónico. Además, dicen que escribir es terapéutico, así que mato dos pájaros de un tiro.
Así es, esto no será más que una especie de diario con todas las cosas que me pasan por la cabeza, mis opiniones libres sobre cosas que veo, un blog que hablará de todo en general y de nada en particular, y todo desde mi punto de vista totalmente subjetivo.
Sé que a poca gente le importará lo que pueda pensar un simple humano como yo, no es mi objetivo convertirme en un líder de pensamiento, ni monetizar mis escritos (mal empezaría el camino con un blog, más aún de temática libre). El objetivo es, como ya he dicho, principalmente terapéutico.
Entonces, si no me interesa que esto “triunfe”, ¿qué busco escribiendo en un sitio que es accesible públicamente? Quizás quiera matar tres pájaros de un tiro en lugar de dos. Quien me conozca sabrá bien lo poco que hablo y expreso mis ideas. Cuando estoy en un ambiente social me interesa más ser espectador que actor, soy un voyeur de ideas y conductas. Es una actitud inconsciente y que me convierte en un ser introvertido o incluso asocial, y quizás con estos escritos mis seres queridos puedan conocerme un poco mejor. Ese es el motivo por el que mis escritos no se quedarán sólo para mí.
Y no sólo voy a matar tres pájaros de un tiro, ¡voy a matar cuatro! Me encanta aprender sobre tecnologías que desconozco, y tengo la suerte de que en mi trabajo no paro de trabajar en proyectos que me permiten hacerlo. Sin embargo, hay tecnologías con las que no he podido trabajar aún, y se me ha quedado la espina clavada.
El lenguaje de programación Python y el framework web Django eran dos de ellas, y haciendo este blog he podido quitarme esas dos espinas. Si todo va bien iré mejorando la web poco a poco así que seguiré aprendiendo cosillas tanto de Python como de Django, y si las veo útiles, las iré explicando por aquí.
Resumiendo, busco poner orden en mi cabeza, encontrar el placer que, dicen, ofrece la escritura, abrirme un poco a la gente que me importa y aprender sobre tecnologías que desconozco. Y así, queda inaugurado el blog de Carlos Barreiro García, ¡espero que disfruten!
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